Fuente
El reino de los cielos ha llegado a México con mucha pompa y en consonancia con el recién decretado “Día del Policía”. Dicho advenimiento ha causado que los apóstoles que recibieron la gracia divina tienen ahora el encomiable deber de llevar el nuevo evangelio, junto con algunos órdenes de aprehensión, a todos los rincones de país, menos, desde luego, ahí donde gobierna el narco.De igual forma, esta legión de prístinos sacerdotes de lo cívico tendrán la tarea de convencer a esa nueva versión de los bárbaros que habitan las universidades de México para que estos adopten la fe verdadera, la de las balas, los muertos y la corrupción. Los jóvenes universitarios, dicen los curas portadores de AR-15 a modo de cruz, son un desperdicio que bien pueden ser de provecho federal. ¿Fe o Bala? exclaman esta especie de cruzados tropicales.
El reino de los cielos ha llegado a México con mucha pompa y en consonancia con el recién decretado “Día del Policía”. Dicho advenimiento ha causado que los apóstoles que recibieron la gracia divina tienen ahora el encomiable deber de llevar el nuevo evangelio, junto con algunos órdenes de aprehensión, a todos los rincones de país, menos, desde luego, ahí donde gobierna el narco.De igual forma, esta legión de prístinos sacerdotes de lo cívico tendrán la tarea de convencer a esa nueva versión de los bárbaros que habitan las universidades de México para que estos adopten la fe verdadera, la de las balas, los muertos y la corrupción. Los jóvenes universitarios, dicen los curas portadores de AR-15 a modo de cruz, son un desperdicio que bien pueden ser de provecho federal. ¿Fe o Bala? exclaman esta especie de cruzados tropicales.