La Jornada Ciudadana por la Seguridad en el Castillo de Chapultepec se convirtió este viernes en un inútil y estéril monólogo entre representantes de la Sociedad Civil y Felipe Calderón, en el que prevaleció la sordera, la necedad y el autoritarismo del inquilino de Los Pinos, por lo que se tendrán que buscar otras vías para detener los crímenes de guerra y de lesa humanidad. Tras seis horas de reclamos por la guerra calderonista contra el narcotráfico y el crimen organizado “que multiplica el dolor y no logra construir la paz”, el michoacano advirtió que lejos de detenerse “seguirá el combate a los criminales con las fuerzas federales”; sentenció que “el camino es largo y sin atajos”; reiteró que “no habrá repliegue del Ejército”; refutó que la intervención de éste sea anticonstitucional; y rechazó que su gobierno sea autoritario. Se trató, en suma, de un ejercicio democrático infructuoso.
Las demandas, los reclamos, las peticiones de los ciudadanos sólo encontraron los oídos sordos de Felipe Calderón, quien lo único que respeta son los desconocidos acuerdos con Estados Unidos plasmados en la “Iniciativa Mérida” que le obligó a firmar el ex presidente George W. Bush al inicio de su gestión. No hubo un sólo avance, ni un único compromiso, es más ni siquiera una promesa. Nada fue el resultado de este segundo encuentro de los integrantes del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, cuyos reclamos intentaron ser minimizados con la intimidación al inicio de éste y con la participación de otras organizaciones cabildeadas para “bajarle” el tono a las víctimas de la violencia representadas por Javier Sicilia, quien reclamó que la actual administración federal no quiera tomar el camino de la paz, porque prevalece la multiplicación de los cadáveres, la impunidad y la corrupción en los aparatos del Estado, el terror a causa de la delincuencia, la respuesta violenta de los gobiernos, la violencia verbal y el cinismo de la lucha electoral. México, sentenció, es un “Estado fracturado”, rompimiento que la partidocracia ahonda día a día.
Una cerrazón total del inquilino de Los Pinos encontraron las propuestas del Movimiento en torno a la demanda de crear una Comisión de la Verdad por esta guerra irregular; sobre la necesidad de redactar una Ley de Seguridad Humana y Ciudadana para garantizar la Justicia y Dignidad de la Ciudadanía, ante la ola de violencia que se vive en varias entidades del país; en torno a la creación de una Procuraduría Social para la Atención de las Víctimas de la Inseguridad y el Abuso del Poder; sobre la petición de crear la Fiscalía Nacional contra la Corrupción, que requiere una reforma estructural al sistema de justicia, lo cual redundaría en reconstruir el tejido social; en torno a la creación de un Fondo de Emergencia para la Atención de las Víctimas de la Violencia; sobre la instauración de un nuevo sistema penal a través del Código Penal de Procedimientos Penales; y sobre la implementación de programas para mitigar la violencia en diversos territorio.
También en torno a la demanda de que los partidos hagan un deslinde claro de la criminalidad, que impida no sólo dinero de los delincuentes sino candidatos con vínculos con los cárteles, ante el riesgo de que las próximas elecciones federales se conviertan en las de la “ignominia”; sobre establecer un mapa de ruta de la desmilitarización del país; en torno a la reestructuración del tejido social a través de la protección de la población más vulnerable para ser captada por el crimen, como son los jóvenes y la mejor forma es garantizar empleo y educación para todos. Por tales razones, Sicilia llamó a hacer uso de todos los mecanismos de resistencia civil para hacer frente a los abusos y convocó a la ciudadanía a salir la noche del 31 de octubre a las plazas, cementerios y en general cualquier espacio público que ha sido ocupado por la violencia, para recordar a los muertos, como consecuencia de la lucha contra el crimen organizado.
Frente a la tozudez de Calderón después de tres meses de diálogo sin prácticamente ningún avance, Sicilia endureció la postura de su movimiento y le reclamó que “la atmósfera de violencia y de horror, que día con día crece, está contaminando las palabras y los discursos. En ellos hay una amenaza mayor que detectamos con reprobación los ciudadanos: la del autoritarismo y su rostro más brutal, el militarismo y el fascismo”. El poeta manifestó su preocupación por las tentaciones en que esta cayendo el michoacano al citarlo: “esa plaga que es el crimen y la delincuencia, es una plaga que hemos decidido exterminar en nuestro país, tómese el tiempo que se tiene que tomar y los recursos que se necesiten”. También expresó su intranquilidad porque la estrategia militarizada ha dado paso al surgimiento de grupos paramilitares que absurdamente creen que están haciendo justicia mientras asesinan a mexicanos.
El poeta le recordó a Calderón que “hace más de 3 meses nos reunimos aquí y le mostramos lo que la estrategia de guerra había causado en 5 años: 40 mil muertos, 60 mil desaparecidos, 120 mil desplazados (…) En estos últimos meses han aumentado terriblemente”. Le reclamó que se empeñe en mantener al Ejército en las calles y le reiteró que dicha estrategia es equivocada porque no se reduce a la corrupción policiaca, ni atiende el hecho de que el narco ha infiltrado las estructuras políticas, económicas y judiciales de México. Le recriminó la militarización del país y las condiciones de violencia que han provocado el surgimiento de paramilitares. Le reitero que se trata de una guerra sin fin en la que los flujos de dinero y las redes de complicidades se mantienen intactas, mientras los ciudadanos quedan llenos de miedo y de muerte. “El país arde, las muertes se contabilizan por decenas de asesinatos, de huérfanos, de madres y padres que hemos perdido a nuestros hijos. Nosotros no representamos a todos, pero representamos el dolor de los más desprotegidos”, dijo.
Sicilia señaló frente al inquilino de Los Pinos que las “bajas colaterales” tienen nombre e historia, que no son cifras y que la estrategia de guerra ha traído más dolor y no ha logrado construir la paz. Sostuvo que las víctimas no son sólo producto del crimen, sino también del abuso del poder.
También Aracely Rodríguez Nava, familiar de víctimas, le reclamó que en lugar del programa “El Equipo”, para ensalzar a la Policía Federal, los mexicanos quieren seguridad no telenovelas. Se quejó de que al ingresar al Alcázar de Chapultepec fueron revisados con aparatos tecnológicos. “Fuimos tratados como delincuentes (…) Le temen a las víctimas. Usen su tecnología contra los culpables, no contra los inocentes”. Frente a esos reclamos, Genaro García Luna, secretario de Seguridad Pública, mantuvo la vista baja, aparentando no escuchar y presuntamente concentrado en sus notas. La Jornada Ciudadana estuvo a punto de no realizarse al insistir personal del Estado Mayor en revisar a los participantes. Sicilia amenazó con retirase pero Roberto Gil, secretario particular de Calderón y Francisco Blake, secretario de Gobernación, negociaron para permitir el acceso a los participantes.
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