Calderón hunde la economía nacional

A Felipe Calderón no se le está desmoronando la seguridad, ni otros muchos renglones porque simple y sencillamente está desbaratando al país y llevando a sus pobladores a los más ínfimos renglones de sobrevivencia y, de paso y con todo y sus promocionales turísticos ridículos, causando tal incertidumbre dentro de la macro economía que ya hasta sus más fieles seguidores albergan dudas sobre la estabilidad tanto social como económica y, por ende, la permanencia en puerto seguro de sus capitales. Las declaraciones sobre el supuesto blindaje mexicano ante la crisis norteamericana pierde toda validez no sólo porque ha sido una gran mentira desde la primera vez que fue pronunciada sino por la brutal caída en las bolsas europeas y el temor real de que la recesión no solo se viva en los Estados Unidos sino a nivel mundial.

Italia, Alemania, España, Francia, Inglaterra, Portugal, Suiza, Suecia, Holanda, Finlandia y Dinamarca, resintieron según Standard & Poor’s una “jornada realmente calamitosa”. Incluso las bolsas de la región Asia-Pacífico resintieron tal sacudida y sufrieron pérdidas que, sin ser tan extremosas como las de Europa que alcanzaron entre el 4.69 y 6.73 por ciento, si llegaron al 1.25 y 1.34 por ciento. También en la firma Morgan Stanley ajustaron sus pronósticos de crecimiento mundial de 4.2 a 3.9 por ciento y ubicaron a Europa y Estados Unidos “peligrosamente en una recesión”. Y es aquí en donde y frente a las economías fuertes, sólidas de éstos países, uno no puede dejar de preguntarse ¿qué va a pasar con México, con sus 110 millones de habitantes? 

El responsable de Hacienda todavía no sabemos con cual de cada uno de sus ojos está observando los sucesos económicos, si el que le gira hacia arriba o el que mira hacia abajo al mismo tiempo. Como tampoco conocemos la fórmula que utiliza para andarse promocionando como aspirante a la candidatura de su partido cuando el insomnio es lo que acompaña a los responsables tanto de gobiernos como de finanzas de varios países en el mundo. Y así también nada se hace para lograr en verdad blindar por lo menos una parte de la economía. Una y otra vez se ha advertido que las únicas garantías existentes frente a la debacle estadounidense que se veía venir estaban centradas en tres inversiones: petróleo, oro y plata.

Y en tanto que se ha comprobado que tal es cierto ya que los precios del llamado oro negro se dispararon, la plata ha multiplicado hasta por 600 por ciento su valor con respecto al que cotizaba hace cinco años y el oro acaba de romper su barrera record en el precio por onza, y mientras que Hugo Chávez cargando todos sus males y las críticas realmente blinda a su país nacionalizando el oro, el señor Calderón y su gran equipo han entregado contratos con los que se enriquecen empresas extranjeras tanto en la exploración como en la extracción y hasta la distribución del petróleo, dejando al país sin esas que sí son verdaderas reservas; las minas, tanto de oro como de plata y hasta las de cobre, se entregaron a empresas extranjeras y las acciones que aparecen con nombres mexicanos son minoritarias y otorgadas a prestanombres, o sea estamos totalmente descubiertos e intentan que nos traguemos el cuento de las grandes reservas internacionales de una moneda que está devaluándose rápidamente.

Ante todo este panorama, ese señor Cordero, el mismo que dice que ya junto 30 mil firmas en Guanajuato; el de los 3 mil pesos para pagar la renta, el teléfono, la luz, la colegiatura, comer y viajar; el mismo que aseguró que ni catarrito iba a darnos; el que dice que el PAN siempre ha ido abajo en las encuestas pero que en el cierre gana y que él va a ganar, ahora señala que “va a haber días en donde habrá una recuperación y va a haber días en donde va a haber caídas muy drásticas”. Y como si el horno estuviera para bollos arremetió en contra de la “gran opacidad en el gasto que realizan los Estados”. Estas declaraciones son con la intención de desviar todos los errores que acompañan a su política económica a la marcada por el gordinflón de Agustín Carterns, el “media vaca”, el comedor compulsivo, el que anduvo gastándose el dinero disque para lograr ser el titular del FMI. Aunque finalmente estos son los graves, gravísimos errores en materia económica de Felipe Calderón, del que los contrató, del que los sentó en la silla de Hacienda, del que juró velar por el bienestar de los mexicanos. Ese y no otro es el único y verdadero responsable. 

Y para ejemplificar esa entrega de las verdaderas reservas nacionales, de las que sí nos pueden llevar a puerto seguro a cada recesión, está la entrega que ha hecho PEMEX de un contrato de operación del campo petrolero de Carrizo en Tabasco a una firma que se llama Administradora en Proyectos de Campos que reúne a 17 compañías extranjeras que buscan campos petroleros maduros para su explotación. Claro que para intentar desviar la atención ahora se centran y de nuevo descubren las célebres “tomas clandestinas” en las que dice Coopel, el de la firma que tampoco paga los impuestos que debe y que se desempeña como titular de la paraestatal, que pierden 3 mil 500 millones de pesos. Ahí van a centrar el escándalo cuando lo verdaderamente importante y lo que le causa graves daños a la Nación y a los mexicanos es esa entrega patrimonial sin límite en la que se desempeñan y hacen el papel de coyotes.

Dicen que también los diputados y los senadores deben cargar con su culpa por haber aprobado tantas sandeces, y que también hay una gran responsabilidad en el Poder Judicial. Y en efecto así es, tienen una responsabilidad compartida que se agrava cuando se corrompe y el michoacano hizo su trabajo y no solo mató a la vaca, sino que con la impunidad con la que ha manejado todos los renglones que tienen que ver con la rendición de cuentas, también le jaló la pata. En el presente mucho leeremos y escucharemos que las grandes crisis son también grandes oportunidades y ¿sabe que?, francamente a otro perro con ese hueso que quienes tenemos décadas de trabajar sin descanso hemos tenido que volver a empezar cada vez que nos ofrecen estas grandes “oportunidades”, esas que nos dejan de nueva cuenta como en un principio que ya ni sabemos cuando comenzó porque aún no termina.