Periódico La Jornada
Sábado 16 de octubre de 2010, p. 18
“No nos metimos a una huelga para vender nuestro contrato colectivo y tampoco nos amedrentan los amagos fanfarrones de la empresa y del gobierno”, señaló Sergio Solano, dirigente de los trabajadores de la mina Cananea, sección 65 del sindicato minero.
La organización gremial mantiene abiertas dos solicitudes de amparo respecto a la huelga que iniciaron en julio de 2007, que fue declarada inexistente por la autoridad laboral, así como el fin de las relaciones laborales.
Este jueves, la compañía Mexicana de Cananea informó que ayer concluyó el plazo para que los “ex trabajadores” de la empresa acepten sus “liquidaciones excepcionales”. El sindicato obtuvo suspensión de tales resolutivos, por lo que el proceso legal sigue su curso en tribunales.
El dirigente sindical dijo que por parte de esta representación ha habido total transparencia de información y que la decisión de continuar en lucha, sin cobrar los finiquitos, es autónoma de sus compañeros. Al inicio de la huelga había una plantilla de mil 87 trabajadores y actualmente siguen en resistencia alrededor de 900.
Sergio Solano dijo que en múltiples ocasiones han buscado el diálogo con el Grupo México, propietario de la compañía, y con funcionarios del gobierno federal; sin embargo –expuso–, “afirman que llegamos a la mesa de negociación exigiendo 100 millones de pesos para arrancar las pláticas, lo cual no es cierto”.
Recientemente, comentó en entrevista, estuvimos con el nuevo secretario de Gobernación, Francisco Blake, “quien quedó en sentar (a dialogar) a la empresa, asunto que seguimos esperando”.
Los mineros que exigen la reinstalación ya no están de guardia en la planta, pues sostienen que Grupo Mexico tiene grupos de choque que los han agredido.
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